Jefferson Leonardo Pérez Quezada, su nombre completo, nació en Cuenca y se especializó en la modalidad de marcha. En 1992, se impuso en el Campeonato del Mundo júnior disputado en Seúl (Corea del Sur), en la distancia de 10 kilómetros. Dos años antes, había conquistado la medalla de bronce en esa misma competición, disputada en Plovdiv (Bulgaria). También en categoría júnior, fue campeón sudamericano de la distancia entre 1989 y 1993.
En 1995, fue medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata (Argentina) en la prueba de 20 km (distancia en la que llegarían todos sus éxitos posteriores), convirtiéndose en el primer deportista ecuatoriano que lograba un oro en dicho evento. Su trayectoria en los Juegos Olímpicos se inició en Barcelona 92, donde no consiguió acabar la carrera de 20 km, y continuó con su más brillante resultado en Atlanta 96, donde conquistó la medalla de oro en esa misma prueba. En 1997, se proclamó vencedor de la Copa del Mundo, y en 1999 obtuvo la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Winnipeg (Canadá) y la de plata en el Campeonato del Mundo disputado en Sevilla (España), siempre en la distancia de 20 kilómetros. Si bien no pudo repetir su éxito olímpico en Sydney 2000 (fue cuarto), su calidad le deparó dos sonados e históricos triunfos en agosto de 2003, cuando, en el transcurso de pocos días, ganó sendas medallas de oro en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo y en el Campeonato del Mundo de París. Al año siguiente, en los Juegos de Atenas 2004, estuvo a punto de subir por segunda vez al podio olímpico, pero al igual que le ocurriera cuatro años antes, tuvo que conformarse con el cuarto puesto. Sin embargo, revalidó el oro universal que lograra en la capital francesa en los Campeonatos del Mundo de Helsinki 2005 y Osaka 2007, y su condición de triple campeón mundial le proporcionó un privilegiado lugar en la historia de la marcha atlética.
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